Por Daniel Fischer . Curador . Chaco . Argentina . 2014
para Otro dia, Nublado; Hundiendose una y otra vez . 2014
De las tres partes de un escenario de primavera, dos son tristeza y la otra no es otra cosa que viento y lluvia.
VehChingChen.
“Según Borges, Spinoza entendió que todas las cosas quieren preservar su ser; la piedra quiere ser piedra y el tigre ser tigre…”. En Mena, quizás la de preservar un estado, una forma de estar en el mundo.
Hace tiempo Guillermo Mena trabaja incansable y se encumbra pensando en acumulaciones. Aglomeraciones y cúmulos con un carácter inmersivo y compulsivo. Sus vacios,cubiertos demorfemas de estremecedor “paisaje” abigarrado, se mezclan con materia y una irritada forma procedimental. Degradar y frotar las superficies hasta abrumarlases parte de su manera de representar y pensar. También, la de especular ser, parecer o padecer la vida como “una” noche oscura; como un inflamado e incierto estallido, que permanece e insiste en hacer cierto, lo sombrío.
Arrojo y arranque, se constituyeen un territorio para mirar y mirarse. Confuso y dudoso Guillermo ensaya prácticas del mismo modoque las concluye: Tormenta que acumula nube y se precipita; Tornado que avanza sórdido y violento.
Hoy, en sala, se presentauna intervención específica además de dibujos, fotocopias ycollages del 2014. Todos poblados de memorias personales, donde abnegado, negando, negativo oblitera las imágenes que recuerda del pasado. Las transfiere y las funde como un paisaje mental hasta el límite de lo reconocible. Las revienta como nevadas de llanto, como lluvia torrencial interminable; Traza, como bilis empujada y arrastrada a un frio negro sin fin.
Mientras sus blancos son un abismo, el rastro es un modo de sentir, una forma donde Mena parece abrevar un torbellino de grises nostálgicos, sensuales y tormentosos.Formas y marañas anidan siempre sobrefotografías ydibujos imaginarios.Esquemas que se expresan mediante un accidente geográfico,un fenómenoclimático dibujado, atravesado por un tipo de lengua inexplicable donde se desordenan los recuerdos; memorias desuperficie donde se funden por la presión de algún medio al cruzarse sensible con una emoción perturbada y profunda.
Truncado, precario y transitorio; contorno, límite y membrana dan siempre lugar a un relato negro, a una parábola sobre lo dividido, lo anónimo; Un estado onírico despedazado en visibilidad cero. Grafito, carbonilla, lápiz graso, micro fibra, se constituyen en instrumentos posibles, como jabalina a tierra, como brújula que señala lo inestable-endeble. Transfer y collage; dinámicas de arranque y movimiento decantan para establecer un diálogo entre el subconsciente y el estruendo de lo evidente.
“Otro día. Nublado. Hundiéndose una y otra vez” representa entonces un estado solitario intimo, donde podemos compartir el resultado de un acontecimiento referencial, metafórico y subjetivo sobre la visión de un mundo, de ese mundo propio, conforme al autor.
Curador Daniel Fischer